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Santiago Korovsky y Daniel Hendler, sobre el humor en “División Palermo”: “Derribamos muchos prejuicios”

En diálogo con TN Show, los protagonistas hablaron sobre cómo abordaron la inclusión y la diversidad en la serie. Además, contaron cómo se asesoraron para que la propuesta no sea solemne ni aburrida.

Santiago Korovsky y Daniel Hendler, los protagonistas de “División Palermo”. (Foto: Tomás F. Cuesta/Netflix)

Una imagen mental fue una epifanía para Santiago Korovsky. Hace cuatro años, el cineasta se proyectó a sí mismo como parte de una fuerza de seguridad y no pudo contener la risa. La gorra, el uniforme, la placa en el pecho e intentar imponerse como una figura de autoridad no eran para él. Sin embargo, ahí estaba la génesis de la serie que lleva una semana como lo más visto de Netflix en Argentina: División Palermo.

Su idea derivó en la historia de una guardia urbana inclusiva que interpela e incomoda al espectador. Aunque la premisa puede parecer un chiste rancio –un judío, un boliviano, una trans, un ciego, un enano y una mujer en silla de ruedas se encuentran en una comisaría-, el resultado es una sátira actual y políticamente incorrecta que evita ser solemne en su retrato de los discapacitados y las minorías. Eso sí es inclusión.

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El protagonista es Felipe, interpretado por Korovsky. “Es judío, eso no cuenta discapacidad. Ah, pero es una minoría”, dice el jefe de la seccional cuando decide incorporar a este treintañero a un escuadrón creado para lavar la imagen de la policía y cuya función es interferir lo menos posible en situaciones peligrosas. Si bien el pulso de los episodios lo marca el timorato de “Feli”, la comedia es todo lo contrario. Toma riesgos y gana.

Seis de los integrantes de la “División Palermo”, la guardia urbana inclusiva que tiene una solo misión: no asumir riesgos. (Foto: Tomás F. Cuesta/Netflix)

Para conocer cómo se trabajó el humor -a veces absurdo, otras negro y siempre inteligente- de esta serie que se convirtió en el primer fenómeno nacional de 2023, Santiago Korovsky y Daniel Hendler charlaron con TN Show y explicaron cuáles fueron los límites que se pusieron para construir los gags. Además, explicaron que ellos mismos aprendieron muchísimo sobre inclusión durante todo el proceso.

– ¿Cómo surgió División Palermo?

SK: Gianni Rodari, un escritor italiano, creó el concepto del Binomio fantástico, que es una imagen que en sí misma encierra una contradicción. Eso es lo que me pasó cuando me imaginé a mí y a un grupo de actores con los que quería trabajar como una fuerza de seguridad.

– Esa imagen mental después derivó en la guardia inclusiva que conocimos en esta primera temporada…

SK: Por cuestiones de época, tanto la seguridad como la inclusión y la diversidad están en agenda. Así imaginé a esta guardia que es utilizada por la fuerza para acercarse a la ciudadanía, pero sin una motivación profunda de fondo. Como una cuestión de cupo y no como un cambio verdadero. Y creo que con el humor de la serie logramos abordar las dificultades que tenemos para entender la complejidad de la inclusión.

– La serie muestra como la sobreactuación del respeto a veces se parece a la lástima, un sentimiento que solo potencia la segregación. Incluso, cuando se quiere generar todo lo contrario.

SK: Hay algo que se llama tokenismo y que fuimos aprendiendo mientras hacíamos la serie. Tiene que ver con que uno cree que es inclusivo porque simplemente cumplió el cupo de una minoría. Lo primero que deberíamos hacer es corrernos de ese lugar y tratar de profundizar en las personas y las historias.

Santiago Korovsky y Daniel Hendler comparten varias escenas desopilantes en “División Palermo”. (Foto:Tomás F. Cuesta/Netflix)

No podemos pensar que una minoría tiene características homogéneas ni cargalos con el peso de la historia o el sufrimiento de su nación. También tendemos a infantilizar a las personas con discapacidad o verlas como seres de luz o asexuados. Se solemniza a estas cuestiones y muchas veces aparece esa impostación desde las instituciones o las corporaciones con relación a la inclusión y a la diversidad y que muchas veces no termina siendo real.

– Daniel, me gustaría saber cómo te sumaste al proyecto. ¿Qué fue lo que te atrajo?

DH: Venía viendo las cosas que hace Santi. Los videos que subía a las redes, me divertían mucho y me parecía muy inteligente desde el lugar en que él hace humor. Por eso cuando me llamó para hacer el teaser, me enganché de una.

SK: Justo antes de la pandemia, yo había hecho un pequeño trailer que mostraba un poco del humor de la serie. Yo no sabía bien para donde iba a ir, pero junté un montón de situaciones que para mí vendían lo que pretendía. Mucho de eso terminó quedando en el trailer final, el cual hicimos mucho tiempo después con otro nivel de producción.

– O sea que gran parte de los guiones surgió durante la pandemia

SK: Sí, justo nos cayó la cuarentena. El trabajo con los guionistas fue sin un cara a cara. Todo por zoom, trabado, con el delay que eso implica. No tuvimos ese writers room con el que uno sueña, donde hay sillones, risas y todo está lleno de post its. Así que fue un proceso distinto al que habíamos imaginado, pero por suerte tuvimos tiempo para desarrollar lo que queríamos y Daniel, por suerte, seguía estando.

– Algunas veces siento que la serie conecta con The Office, otras con South Park… ¿Cómo trabajaron el humor? ¿Se pusieron límites?

SK: Teníamos muchos límites. Al principio nos costaba soltarlos porque son temas en los que uno no sabe dónde pararse. Entonces, decidimos hablar con las personas indicadas para darle profundidad a los personajes y entender por dónde iba el humor.

Primero charlamos con distintas chicas trans que me ayudaron a pensar el personaje de Vivianne (Valeria Licciardi), después Lucre Gómez -autora de Cinco historias de una inválida imprudente y un poema para no perder la dignidad– nos ayudó mucho con el personaje de Sofía (Pilar Gamboa). Además, hicimos doble chequeo con los actores y les preguntábamos: ‘¿Es correcto esto que estamos haciendo?’. Ellos nos impulsaron con sus historias y su forma de ser. Nos reímos de todo, derribamos prejuicios. No queríamos caer en la “discriminación positiva”.

Martín Garabal y Charo López componen a una pareja de policías que no se caracterizan por estar al servicio de la comunidad. (Foto: Tomás F. Cuesta/Netflix)

DH: El humor está puesto en nosotros y cómo nos paramos ante la inclusión y la diversidad. Y también habla de la deconstrucción. Son policías en deconstrucción, pero esa es una tarea que a todos nos cuesta. Es algo que va cambiando todo el tiempo y que siempre te propone planteos y desafíos. Por eso me parece muy gracioso que el punto de partida sea una fuerza que intenta hacer marketing con estos temas. Algunos se venden como los gurúes en estas cuestiones y ahí es cuando aparecen torpezas con las que todos nos podemos identificar.

– Por eso la serie tiene esa virtud de resultar incómoda. Creo que hasta el más progresista se puede sentir identificado en algún momento.

SK: Sí, nos reímos del progresismo desde adentro. Nosotros somos personas que claramente estamos a favor de la inclusión.

DH: Además… todos nos hemos visto de los dos lados. De la misma manera que yo le he dicho a mi padre que ‘no se dice así, se dice asá’, mis hijos me dicen ‘pa, eso que decís está mal’. Está bueno asumir que no es una conquista, ‘uy, ya estoy del otro lado’.

SK: Seguiremos aprendiendo. El día de mañana vamos a revisar cosas que ahora pensamos que son supercorrectas y nos vamos a dar cuenta de que siempre se puede ir un poco más allá.

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