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Steve Vai vuelve a la Argentina y tocará en el Luna Park el martes 6 de junio, el mismísimo día de su cumpleaños.
Para celebrarlo, no sólo vendrá con su gran banda en el marco de su exitosa «Inviolate Tour 2023», sino que traerá la exótica guitarra «Hydra» de tres mástiles que construyó junto a la gente de Ibanez y que es única en el mundo.
-¿Cuánto costaría si uno quisiera encargar una?
-Sería muy difícil hacer otra simplemente por la tecnología que se utilizó, porque se creó como algo único. Pero supongo que si alguien quisiera que le hicieran uno e Ibáñez decidiera hacerlo, no creo que cueste menos de medio millón de dólares.
Lo más difícil de la Hidra es transportarla. Hay que enviarla aparte, de una manera específica, y es extraordinariamente caro.
-¡Gracias por traerla, entonces!
-Tengo que hacerlo porque quiero que la gente la vea. Quiero que experimenten verla y escucharla. Es una experiencia fenomenal, y Teeth Of The Hydra es una canción bonita.
Cómo será esta visita
Durante las últimas dos décadas, Steve Vai vino varias veces a la Argentina, tanto a solas como en proyectos grupales como G3, con Joe Satriani y Robert Fripp/Eric Johnson.
Tenemos muchas ganas de llegar a Sudamérica porque el público suele ser un poco loco y muy amante de la música. Siento que el show es tremendamente refinado y muy atractivo. Hacemos un montón de material del nuevo disco (Vai/Gash) y de Inviolate, además de un montón de canciones del catálogo que hace mucho que no toco y que me encantan. Y luego están algunos de los favoritos que sé que mis fans esperan escuchar. Llevo 43 años de gira.
-Wow. ¿Y cómo lo llevás?
-Siempre me ha encantado. Siempre me gustó tocar en vivo y seguir intentando profundizar mi oficio. En esta última gira realmente siento que estoy alcanzando mi punto máximo en cuanto a mi capacidad de conectar con el instrumento y el público. Y por todo lo que leo y los comentarios que recibo, resulta muy fascinante. Quiero compartir eso.
-¿Recordás cómo fue la primera visita a la Argentina?
-No puedo recordar los años, pero recuerdo que era un lugar muy diferente a cualquier otro lugar del mundo. También recuerdo que el show se demoró porque la gente tiene horarios atrasados, llega tarde. En cuanto a la respuesta del público, nunca había visto algo así. ¡Fue extraordinario! Estaban atentos a cada nota y aplaudían tanto que me sentía como una pequeña estrella del pop. Les apasiona mucho la guitarra.
A la gente de aquí le gusta acompañar los solos de guitarra, coreándolos. No es habitual en otros países.
-Sí, sí, tal cual. Puedo oír a toda la audiencia tararear canciones que tienen melodías fáciles de seguir.
-Keith Richards contó que tocaría gratis, pero pide que le paguen por la molestia de ir a los aeropuertos y esperar y perder el tiempo. ¿Cuál es tu enfoque en las giras?
-Ha cambiado a lo largo de los años. Sabía que era algo que iba a hacer, así que decidí mirar solo las cosas que me parecen agradables. Creo que uno puede encontrar cosas agradables en lo que sea que haga.
De hecho, me gusta ir a los aeropuertos, aunque hacer la cola en Migraciones y Seguridad no es muy divertido. Los aeropuertos son como obras de arte y es un buen lugar para hacer compras y comer buena comida. Me encanta observar a la gente y me encanta sentarme en aviones durante vuelos largos. ¡Es relajante! Viajar me da la oportunidad de hacer cosas que nunca puedo hacer, como leer o escuchar música. No lo veo como algo terrible.
El profesor Vai
En 2006, Steve Vai comenzó a dar una serie de masterclasses llamadas Alien Guitar Secrets, donde comparte técnicas de guitarra y secretos de su manera de tocar. Incluso lo mantuvo durante la pandemia, en modalidad de live streaming.
Y agrega: «Además de ser músico, también tengo una faceta espiritual y por eso hice algunos streamings más esotéricos, con conceptos que a veces se cuelan en los Alien Guitar Secrets. Ahora acabo de terminar una gira de clases magistrales por Europa y la disfruté mucho».
-Hace poco subiste a Instagram una foto tocando con una orquesta en Holanda. ¿De qué se trataba eso?
-Componer fue mi primer interés cuando era niño. Lo estudié intensamente y empecé a componer a una edad muy temprana. A lo largo de los años componía, pero era muy difícil conseguir que tocaran tu música hasta principios del 2000, cuando conocí a la orquesta Metropol e hicimos unos conciertos que tuvieron mucho éxito. Los grabé y publiqué un disco llamado Sound Theories, que dio lugar a otros compromisos orquestales en todo el mundo.
En las últimas décadas tuve muchas experiencias maravillosas con orquestas, y me encanta componer. En mayo pasé tres semanas en Holanda con el Metropol grabando unas tres horas de música orquestal, y luego fui a Finlandia para grabar piezas más sinfónicas y grandes con la sinfónica de allá. Así que probablemente tenga unos cinco álbumes de obras orquestales en la bolsa.
-Por lo visto seguís encontrando nuevas ideas y desafíos.
-Sí. De hecho, ahora mismo estoy trabajando en un disco vocal acústico solista, solamente una guitarra acústica y yo cantando. Es lo más alejado posible a la música orquestal, pero me gusta. Cuando se me ocurre una idea, la persigo y busco que parezca orgánico y natural. Y por lo general siempre funcionan muy bien.
MFB