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Copa Davis: con rival confirmado, ¿será el momento de rebobinar y dar de nuevo para volver a buscar la gloria?

Guillermo Coria ganó una serie y perdió cuatro consecutivas, lo que ratificó el concepto de que haber sido un gran tenista no da garantías de nada.

10/02/2023 19:15

  • Clarín.com
  • Deportes

Actualizado al 10/02/2023 19:15

Cuando en mayo de 2018, Agustín Calleri se convirtió en el 22°presidente de la Asociación Argentina de Tenis (AAT) desde su constitución en 2021 al superar por 165 votos a 131 a José Luis Clerc, el candidato del oficialismo, supo el riocuartense que cuanto antes debía definir al nuevo capitán del equipo de Copa Davis. Daniel Orsanic, el ilustre campeón de 2016 pero que al año siguiente se fue a la ‘B’ por la derrota ante Kazajistán, había jugado abiertamente a favor de Clerc en la campaña.

No importaron los antecedentes deportivos entonces -los del triunfo de Zagreb y los de la derrota de Astana- y tras el triunfo ante Chile en el Aldo Cantoni sanjuanino, Calleri le quitó la capitanía a Orsanic y además lo dejó afuera del radar del tenis argentino. En su lugar llegó un curioso triunvirato integrado por Guillermo Coria, Guillermo Cañas y Gastón Gaudio.

Fue el campeón de Roland Garros 2004 el que se sentó en la silla en septiembre frente a Colombia dejando en claro antes dos cuestiones: su poca relación con Coria y un ninguneo absoluto de la importancia de Orsanic en la campaña de 2016 (“La única estrella aquí es Del Potro. Si ganamos la Copa Davis fue por él fundamentalmente”, dijo en el programa radial Perros de la Calle).

Duró seis series Gaudio en la capitanía con tres victorias y tres derrotas hasta que, de cara a la temporada 2022, el propio Coria lo reemplazó para jugarse la clasificación a las Finales de ese año. Su saldo, hasta ahora, es de un triunfo y cuatro series consecutivas perdidas.

Como jugadores, Gaudio y Coria fueron muy superiores a Orsanic. Es más: nadie que fue capitán de la Davis llegó tan alto como ellos (quinto y tercero en el ranking, respectivamente). Y aunque es cierto que ninguno de los dos tuvo a un Del Potro o a un Nalbandian en el equipo, por nombrar, quizá, a los dos últimos cracks del tenis argentino, y que debieron dirigir a jugadores muy buenos pero más terrenales, se ratificó el concepto de que haber sido un gran tenista no da garantías de nada.

Por eso quizá sea la hora de regresar hacia atrás luego de recibir a Lituania para mantener la categoría. De rebobinar y dar de nuevo para volver a soñar con la gloria.

Guillermo Coria en la previa de la serie de Copa Davis entre Argentina y Finlandia. Foto AAT
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